Modric dribla a Alex Fernández en una acción del encuentro en Cornellà.
Oficio. Mucho oficio. El Real Madrid recuperó la seriedad defensiva, el orden como equipo, en uno de los partidos claves que marcan el devenir de la temporada. El triunfo en Cornellà aprieta la Liga en el ecuador de la competición doméstica. A pesar de no realizar un juego brillante, que sigue siendo la gran asignatura de Ancelotti, el conjunto blanco volvió a ganar en cohesión, trabajo y una evidente mejora en la transición defensiva tras pérdida de balón. Diego López fue un espectador más. El marcador menosprecia el gran trabajo del Madrid durante el segundo tiempo debido al desacierto de Cristiano, Bale y Di María en los metros finales. Sin embargo, el Madrid recupera la sonrisa de la competición. Todo es más fácil si en un tu equipo cuentas con un todoterreno croata llamado Luka Modric.
Como veníamos contando en la web, el gran dilema de Ancelotti es la posición de enganche. Lo analizábamos en el partido ante el Celta. Isco se pierde y crea desajustes debido a su inoperancia en la presión. Por tanto, el técnico italiano tenía dos opciones: Illarra o Di María. Optó por el segundo en base al estado de forma de Modric como interior. Luka es insustituible. Sin embargo, la prueba del argentino como enganche fue nula en Vallecas. Requería mucho más trabajo. Con espacios, en un campo más grande como Cornellà, podía ser más efectivo. La salida fue muy discreta. La presión del equipo de Aguirre obligaba a Modric y Xabi crear desde muy atrás. Ante todo pronóstico, la solución fue el notable encuentro de Benzema y Marcelo. El francés recibía y tocaba de espaldas con una precisión milimétrica. En una jugada individual del delantero de galo, con un control orientado espectacular, le regaló el primero a Cristiano. Pero hoy no era el día. Los disparos de Ronaldo fueron todos muy centrados, a pesar de las paradas ortodoxas de un afortunado Kiko Casilla.
Al Madrid se le iba de nuevo la Liga. Pero, a diferencia de otros partidos, la actitud y el orden defensivo habían cambiado. El partido de Sergio Ramos fue soberbio; quizá mejor que el de Pepe, aunque este luego fuera el protagonista. En Cornellà fue el primer partido de la temporada donde el equipo hizo un esfuerzo sobrehumano para recuperar el balón tras pérdida. Di María, Modric, Xabi Alonso, Benzema, Ramos, Pepe, Marcelo, Carvajal... Anticipación y seguimiento a su par en todas las jugadas. La diferencia de todo es Modric. Siempre encuentra la mejor opción. Sus cinco primeros minutos de partido parecían presagiar un naufragio del Madrid hoy, pero se sobrepuso con una actuación sobresaliente. No solo crea juego, sino que, debido a su facilidad para ganar ventaja del control orientado, inició varios contragolpes gracias a ese metro que obtiene de su calidad. Asistió, por segundo partido consecutivo, a Pepe en un balón milimétrico para ganar el partido. Hay que rendirse al croata.
El Madrid sigue con sus opciones intactas en Liga. Los más críticos argumentan que el equipo hoy tampoco jugó a nada, en plena contraposición con el Madrid de Mourinho. No nos engañemos: era un partido de 0-5 con Cristiano al 50%. Y, como reiteré antes, Diego López no tuvo que intervenir para salvar al equipo. El equipo debe mejorar, desde el trabajo y la presión, para encontrar su identidad. Necesita mejorar. Sin embargo, la diferencia futbolística entre este Madrid y sus dos rivales por el título es inexistente. Tanto Barça y Atlético han ganado muchos partidos por inercia. Nos espera una segunda vuelta intensa, con el hándicap de la Copa y las duras eliminatorias de Champions. Y el madridismo puede estar más de enhorabuena. Salvo sorpresa mayúscula, Cristiano Ronaldo logrará mañana su segundo Balón de Oro.
Espanyol 0-1 Real Madrid (Pepe)
Diego López (6); Carvajal (7,5), Pepe (8), Ramos (8,5), Marcelo (7); Xabi Alonso (7), Modric (9), Di María (6,5); Bale (4), Benzema (8), Cristiano Ronaldo (4) || Jesé (5,5), Illarra (s.c.), Arbeloa (s.c.)
Mejor jugador del partido: Luka Modric