El señor Tarradellas tiene una joyería desde hace treinta años en un lugar céntrico de Barcelona. A lo largo de ese tiempo, el señor Tarradellas ha vivido experiencias de todo tipo, desde atracos a visita de famosos que han adquirido gran cantidad de sus artículos por una suma considerable. Sin embargo, jamás le habían pasado las cosas que le vienen pasando recientemente. Como la de esta tarde, sin ir más lejos.
Entra un cliente por la puerta. Llamémosle Josep: - Buenas tardes. Ese reloj que está en el escaparate, ese Viceroy del Barça, ¿qué precio tiene?
- 117 euros.
- ¡¿117 euros?! Pero ese es un precio desorbitado.
- Si usted lo dice, pero es el que tiene.
- ¿Qué pretende? ¿Reventar el mercado?
- Oiga, no moleste. Si no le parece adecuado, no lo compre; ya habrá otro que pague el precio.- Dice el señor Tarradellas, quién de un tiempo a esa parte tiene que bregar con ese tipo de individuos.
- Con los tiempos que corren, pagar 117 euros por ese reloj sería una provocación, ¡un escándalo!
- Pues bien, pues vale. Mire, es lo que hay. Si no le gusta, váyase por donde ha venido.
El cliente desaparece por la puerta y el señor Tarradellas suspira resignado. Qué plaga de pesados lleva sufriendo en las últimas semanas. Pero esta tarde le espera una sorpresa: el cliente vuelve a entrar en la tienda.
- Buenas tardes. Ese reloj que está en el escaparate, ese Viceroy del Barça, ¿qué precio tiene?.
El señor Tarradella se queda perplejo. Pero decide no buscarse problemas:
- 117 euros.
- ¡¿117 euros?! Pero ese es un precio desorbitado. -Durante unos instantes, ambos se miran a los ojos en silencio. Por fin el cliente habla:
- Sólo un prepotente y un imperialista pagaría ese precio, pero como yo no soy imperialista ni prepotente, le voy a hacer otra oferta.- Mete la mano en el bolsillo, extrae su cartera y deposita un billete de cincuenta euros en la mesa. Acto seguido, pone encima un Rolex de Oro.
- Le doy esto por ese reloj.
- ¿Cómo?
- Es una operación ingeniosa ¿verdad? Es que no quiero quedar como prepotente e imperialista.
- Pero oiga, que es que no puedo...
- Vale, vale, espere que ahora vuelvo. -sale de la tienda y vuelve con un cachorro de pastor bielorruso-. Se puede quedar también con mi perro... pero sólo durante un tiempo.
- ¿Y qué voy a hacer yo con un perro?
- Vale, vale, espere. -Vuelve a tirar de la cartera y deja un billete de veinte euros.- Con esto le costeará la comida durante los próximos años. -El señor Tarradellas permanece indeciso. El cliente empieza a ponerse nervioso- ¡A que le pago los 117 euros del reloj!
El señor Tarradellas da un respingo. Sin duda, está ante un loco peligroso. Coge el Rolex y el dinero, y mientras sostiene en su brazo al cachorro de pastor bielorruso le entrega el reloj del escaparate.
Con una sonrisa de satisfación, éste abandona el local, pero antes de salir Tarradellas se atreve a hacerle una pregunta:
- Oiga, ¿usted cree que ha hecho un buen negocio?
- Sin duda, tengo ese feeling.
Y mientras el señor Tarradellas se pregunta por qué habrá hecho esa cosa tan rara aquél transtornado, el personaje abandona la joyería con el diario Sport, que no tenía la primera vez que entró, bien visible bajo su brazo.
Buitre Buitaker
Entra un cliente por la puerta. Llamémosle Josep: - Buenas tardes. Ese reloj que está en el escaparate, ese Viceroy del Barça, ¿qué precio tiene?
- 117 euros.
- ¡¿117 euros?! Pero ese es un precio desorbitado.
- Si usted lo dice, pero es el que tiene.
- ¿Qué pretende? ¿Reventar el mercado?
- Oiga, no moleste. Si no le parece adecuado, no lo compre; ya habrá otro que pague el precio.- Dice el señor Tarradellas, quién de un tiempo a esa parte tiene que bregar con ese tipo de individuos.
- Con los tiempos que corren, pagar 117 euros por ese reloj sería una provocación, ¡un escándalo!
- Pues bien, pues vale. Mire, es lo que hay. Si no le gusta, váyase por donde ha venido.
El cliente desaparece por la puerta y el señor Tarradellas suspira resignado. Qué plaga de pesados lleva sufriendo en las últimas semanas. Pero esta tarde le espera una sorpresa: el cliente vuelve a entrar en la tienda.
- Buenas tardes. Ese reloj que está en el escaparate, ese Viceroy del Barça, ¿qué precio tiene?.
El señor Tarradella se queda perplejo. Pero decide no buscarse problemas:
- 117 euros.
- ¡¿117 euros?! Pero ese es un precio desorbitado. -Durante unos instantes, ambos se miran a los ojos en silencio. Por fin el cliente habla:
- Sólo un prepotente y un imperialista pagaría ese precio, pero como yo no soy imperialista ni prepotente, le voy a hacer otra oferta.- Mete la mano en el bolsillo, extrae su cartera y deposita un billete de cincuenta euros en la mesa. Acto seguido, pone encima un Rolex de Oro.
- Le doy esto por ese reloj.
- ¿Cómo?
- Es una operación ingeniosa ¿verdad? Es que no quiero quedar como prepotente e imperialista.
- Pero oiga, que es que no puedo...
- Vale, vale, espere que ahora vuelvo. -sale de la tienda y vuelve con un cachorro de pastor bielorruso-. Se puede quedar también con mi perro... pero sólo durante un tiempo.
- ¿Y qué voy a hacer yo con un perro?
- Vale, vale, espere. -Vuelve a tirar de la cartera y deja un billete de veinte euros.- Con esto le costeará la comida durante los próximos años. -El señor Tarradellas permanece indeciso. El cliente empieza a ponerse nervioso- ¡A que le pago los 117 euros del reloj!
El señor Tarradellas da un respingo. Sin duda, está ante un loco peligroso. Coge el Rolex y el dinero, y mientras sostiene en su brazo al cachorro de pastor bielorruso le entrega el reloj del escaparate.
Con una sonrisa de satisfación, éste abandona el local, pero antes de salir Tarradellas se atreve a hacerle una pregunta:
- Oiga, ¿usted cree que ha hecho un buen negocio?
- Sin duda, tengo ese feeling.
Y mientras el señor Tarradellas se pregunta por qué habrá hecho esa cosa tan rara aquél transtornado, el personaje abandona la joyería con el diario Sport, que no tenía la primera vez que entró, bien visible bajo su brazo.
Buitre Buitaker
Que sí que sí. Que el Inter ha ingresado tropecientos millones que han salido de la caja del Barça... Lo que tú digas... Eto'o vale 0. Él quería quedarse al precio de Messi y la directiva recibe indicaciones del entrenador de que no cuenta con él. Nadie paga un duro por el camerunés (lo del City me recuerda una oferta similar por Raúl).
ResponderEliminarVa a ser que os huele a cuerno quemnado que nos quitemos un problema (que a mi no me lo parece, puesto que su rajada gorda fue contra Ronnie y Deco por sus privilegios- qué razón tenía, el condenado) y traigamos un jugador que ha ganado las últimas 6 ligas que ha disputado. Otra cosa será que echemos de menos a Eto'o (p. ej: mi madre lo va a llorar un huevo).
Se ve que los culés no lo pillan. Por mucho que lo expliques ellos siiiiiguen en su mundo, como mi entrenador no tiene feeling con Etoo, Etoo vale 0, como nadie pagaba 25 kilos por Etoo, Etoo vale 0 (igual alguien si que pagaba 15, o 20, pero eso da igual), como Etoo acaba contato el año que viene, es decir el año que viene vale 0, pues este año Etoo también vale 0 (veremos si a Ribery el año que viene el Bayern también lo regala).
ResponderEliminarY lo mejor es que se creen de verdad que a los madridistas nos da miedo el fichaje de Ibra. A los madridistas no la suda el fichaje de Ibra, lo que no nos la suda es que algunos individuos critiquen y cuasi insulten al madrid y despues agan LO MISMO y suelten gilipoyeces como el fichaje del ingenio, etc...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminar@Anónimo
ResponderEliminarQue sí, que sí. Seguro que hemos hecho lo mismo. Ahora vas y le preguntas al contable del Inter si prefiere su situación de ingresos en caja, la del Manchester o la del Milan. Otra cosa es cuando le preguntes a Mourinho, conocido por estos pagos como "El Traductor".
Nadie duda que Ibrahimovic sea un buen futbolista, particularmente me gusta más que Eto'o, pero 50 millones + Eto'o, el cuál valdría en el mercado + de 30 kilos, es una burrada.
ResponderEliminarOtra cosa es que algún club pague esa cantidad por Eto'o. Es conflictivo en un vestuario, pero Ibra hasta a mandado callar a su propia afición, y tiene la misma edad que el delantero sueco.
No es un fichaje imperialista, Laporta y Guardiola tienen feeling.
Saludos
JAJA buenisimo,q pringao Laporta...además Ibra es un delantero más para la videoteca(q no digo q no sea bueno)q para las estadísticas de Etoo...lo se porque le sigo desde q estuvo en la Juventus,ah, y un dato:Amauri lleva más goles q Ibra cuando el sueco tenía mejor equipo detrás...
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