Si, la palabra desilusión define perfectamente la resaca del partido de Santander o tal vez indignación.
El madridismo estaba ilusionado después de una semana en la que el baloncesto nos regalaba otro título, estaba muy esperanzado y se vio con el liderato de la Liga en unos 60 minutos bastante decentes del conjunto de Capello.
Pero el Madrid reculó hacia atrás y si juegas con fuego te acabas quemando, y eso fue lo que sucedió.
Capello estuvo lento, como en otro partidos, a la hora de hacer los cambios. Era una cosa obvia que se veía venir y que el Racing en una de esas jugadas repetitivas pero no demasiado peligrosas podría hacer daño y así fue.
No podemos ser tan hipócritas de sólo amapararnos en el arbitraje de Turienzo Álvarez pero es que fue bochornoso y clave para que el Madrid no consiguiese traerse un punto y decir adios a gran parte de sus aspiraciones en la Liga.
Telemadrid repasa en un video humorístico las protestas del conjunto blanco en el Sardinero en el que señaló dos penaltis en contra del Madrid, uno no era y el otro fue muy discutible, este último viene de una falta inexistente que provoca la expulsión injustamente de Helguera.
El Madrid acabó con 9 jugadores por la expulsión de Mejía, muy exagerada, pero el árbitro en esos momentos ya había pérdido el control del partido, se le veía nervioso y hasta se le olvidó que Helguera tenía una amarilla antes de mostrarle la segunda y que conducía a la roja.
El Madrid ha mostrado su indignación por tal arbitraje, pero ahora hay que seguir luchando por la Liga en la que viene un rival duro de roer, el Valencia de Quique.