Gareth Bale y Cristiano Ronaldo, a pleno rendimiento ante el Sevilla.
La magia de los Madrid - Sevilla en los últimos años es reseñable; aunque ya no esté Guti, actor principal de partidos memorables y con goles de bella factura. Mientras el Real Madrid homenajeaba la figura del mítico Ferenc Puskas la pasada semana, el futbolista que más se asemeja a su figura por potencia y su tremendo disparo realizaba su primera exhibición como jugador blanco. El destino no está carente de cierta ironía: partido con el mismo marcador (7-3) que la final de la Copa de Europa de 1960 ante el Eintracht de Frankurt, donde Puskas pasó a la historia al anotar cuatro goles en dicha final. Toda esta serie de coincidencias vienen a resumir un partido trepidante, pero que al Madrid le debe hacer reflexionar sobre la fragilidad defensiva, especialmente en la transición, que arrastra de varios encuentros en el Santiago Bernabéu (frente al Betis, por ejemplo). El lamentable arbitraje de Teixeira y el partido de Rakitic pudieron costarle al Madrid más de un disgusto. Sin embargo, apareció la figura de Diego López en los momentos claves del encuentro (con 3-2 y 5-3 en el electrónico) para evitar males mayores.
Con Illarra de vuelta a la titularidad tras la peculiar alineación en el Camp Nou, se presentaba un encuentro que parecía estar sentenciado a la media hora de juego. Un choque claramente marcado por las polémicas declaraciones de Joseph Blatter sobre Cristiano Ronaldo que motivaron -aún más si cabe- al portugués de cara al partido. Sorprendentemente, los focos recayeron en Gareth Bale. El galés adelantó al Madrid tras un espléndido contragolpe iniciado por Isco y en el que Benzema, tras un gran recorte, asiste a Bale para que éste descosa el balón a la escuadra derecha de Beto. La fortuna llegaría a balón parado. Bale marcaría de libre directo, con la colaboración de la barrera, y Cristiano desde el punto de penalti. Una pena máxima que no era, ya que el derribo es fuera del área. Además, no acertó en ninguno de los tres penaltis señalados en el encuentro. Una prueba más del nivel arbitral del colectivo dirigido Sánchez Arminio. Muñiz, que es un árbitro horrible, fue a la nevera por equivocarse en una jugada que beneficiaba al Madrid; Undiano, libre de culpa por la 'complejidad del partido y la presión de los jugadores'. Un argumento vulgar para salir al paso del ridículo que hizo el señor Arminio tras el encuentro ante el Elche.
Seguimos con el partido. Arbeloa fue señalado por el público tras el segundo tanto del Sevilla, en una jugada iniciada por Vitolo desde el costado izquierdo sevillista; el centrocampista llega hasta la línea de fondo sin la oposición de Arbeloa, cuyo centro termina en gol tras la pasividad de Sergio Ramos. Mérito también de un futbolista descomunal como Jairo. La transición defensiva del Madrid hizo aguas de nuevo, con Vitolo y Jairo de exponentes ofensivos sevillistas. No llegaban ayudas de Khedira, Illarra e Isco en esa zona del campo. Además es notable la poca contundencia exhibida por los centrocampistas blancos, incapaces de frenar los contragolpes visitantes con una falta táctica. Le queda mucho por aprender a Illarra de Xabi en ese aspecto. El partido era de ida y vuelta con el 3-2 en el marcador. Y en esas aparece Diego López, que encaja bastantes goles (argumento que sólo sirve para atacarle él; cuando le marcan a Casillas sí es culpa de la defensa) por la pésima defensa del equipo, no por su rendimiento. Salvó al equipo del posible 3-3 y 5-4. Tras la parada a Jairo que hubiese supuesto el empate, Benzema marca el 4-2 en un contragolpe made in 'BBC' (Bale, Benzema y Cristiano).
Las tres mejores noticias para el Madrid las aglutina el tridente mágico de arriba. En primer lugar, el rendimiento de Bale. El nivel de confianza para encarar e intentar acciones nuevas ha aumentado; su zancada y conducción por la banda es digna de cualquier velocista, con el añadido de la mejora que supone para el equipo que llegue hasta la línea de fondo (al contrario que Di María). Centró bien con la derecha, sumando dos asistencias de gol en el cuarto y cinco de la noche. Para mí, personalmente, la mejor noticia es la recuperación futbolística de Benzema. Cuando está en su nivel es el mejor delantero de Europa. Qué capacidad de asociación y ver los espacios necesarios para la entrada de otros jugadores en segunda línea. Está tocado por una varita mágica desde el Camp Nou: todas sus acciones importantes han sido ejecutadas a la perfección. Y por último, la sociedad que van a formar Cristiano y Bale es la clave fundamental de la temporada blanca. De su éxito, más el nivel de Xabi Alonso, dependerá el futuro del conjunto blanco.
Real Madrid 7-3 Sevilla (Ronaldo -3-, Bale -2-, Benzema -2-; Rakitic -2- y Bacca)
Diego López (6); Arbeloa (5), Varane (5), Ramos (5), Marcelo (7); Illarra (6), Khedira (5,5), Isco (6,5); Bale (9), Benzema (9) y Ronaldo (9) || Xabi Alonso (5), Modric (5), Di María (5).
Mejor jugador del partido: Gareth Bale.