91 puntos, 29 victorias, 112 goles y diez puntos -a falta del encuentro de esta noche en Vallecas- sobre el segundo clasificado en 35 partidos. Los finalistas de la Europa League, a más de 30 puntos. Unos registros históricos y contundentes. Pero el discurso no es válido porque las circunstancias denigran lo que ellos estipulan como el verdadero fútbol; son los mismos proclamadores del canon único futbolístico, que convierten en belleza incluso con la derrota del líder. Hasta cuando te equivocas es válido. Es la variante de ese entorno radical, que personifican con Jorge Valdano en los medios, Bielsa y Michel en los banquillos, y Raúl González en el campo. Sus objetivos tienen nombre y apellidos: Florentino Pérez y José Mourinho.
Marcelo Bielsa y Raúl son dos personajes entrañables. El primero está haciendo una temporada fantástica en el Athletic; el segundo, a sus casi 35 años, sigue impregnado de ese gen ganador propio de un chaval que acaba de empezar su carrera deportiva. Admirables. Sin embargo son dos personajes que el entorno mediatiza para atacar el proyecto de Mourinho: a Bielsa por su forma de jugar y Raúl por sus valores. Me comentaba el otro día un compañero que Bielsa había llegado en un año a dos finales; una más que Mou en sus dos temporadas como técnico. Mi respuesta fue que Mourinho había conseguido en el Inter los mismos títulos que Bielsa en 22 años de carrera. No volvió a abrir el pico, claro. La cosa no termina aquí. Por ejemplo: hoy venía al Bernabéu el Sevilla de Míchel. Un entrenador que tiene en su currículum llevar al Getafe a Europa y descender a 2ªB al Castilla de Mata, Negredo y De la Red. Pues había voces, incluido el propio Valdano, que le querían poner a entrenar ya al Madrid. Como diría Jabois, a nivel de imagen de imagen nos vendría bien: recuperaríamos el señorío y la Europa League
Muchos periodistas afirman que la salida de Guardiola se debe a la presión y a la ansiedad que conlleva un cargo de tal calibre durante cuatro años. Normal. Eso sí, con todos los medios a favor. Aquí, el señor Mourinho, lleva dos años con una presión mediática brutal. Su situación es muy similar a la de otro entrenador del Madrid: Fabio Capello. Con la victoria de hoy, el Madrid lleva 20 partidos de Liga consecutivos sin conocer la derrota; unos datos que no se registraban desde la temporada 96/97. A ese equipo maravilloso de Raúl, Roberto Carlos, Seedorf y Suker, lo entrenaba Capello. Otro entrenador maltratado por el entorno. Y ese equipo jugaba, como el de Mourinho, muy bien al fútbol. El Capello que llega en su segunda etapa no tiene nada que ver. Y esta reflexión viene a cuento por varios comentarios que he leído sobre una pitada mayoritaria a Mourinho esta mañana en el Bernabéu. Hubo pitos aislados, ni el 10% del estadio, cuando desde el Fondo Sur se coreó el nombre del entrenador portugués. Eso se ha calificado como "pitada del Bernabéu". Espeluznante. Y por supuesto que hay muchos aficionados madridistas que discrepan con Mourinho; ya sea por su planteamiento, sus formas o por vete a saber qué. Pero faltar a la verdad sobre un hecho que han presenciado más de 80.000 personas me resulta acojonante.
Ah sí, se me olvidaba, ganó el Madrid tres a cero con un doblete de Benzema. Granero, ese jugador que no iba a vestir más la camiseta blanca, fue titular y tuvo una actuación destacada.
Un gol de Tamudo esta noche en Vallecas podría darnos un nuevo concepto de la justicia poética.
Real Madrid 3 - Sevilla 0. Cristiano Ronaldo y Benzema (2)
Casillas (2), Arbeloa (2), Ramos (2), Pepe (2), Marcelo (3), Alonso (2), Granero (2), Di María (1), Özil (1), Cristiano Ronaldo (2), Benzema (3), Callejón (1), Khedira (1), Albiol (1)