27 de agosto de 2013

A la espera de Bale, surge Di María


Benzema celebra con CR7 el gol del triunfo, ayer, ante el Granada.

Dos de dos. El Madrid de Ancelotti suma, como Benzema, a falta de la llegada de Gareth Bale y el asentamiento de los jugadores al nuevo sistema de juego del técnico italiano. Sin embargo, Diego López y Casillas nublan cualquier tertulia futbolística para discernir sobre los cambios respecto al anterior proyecto deportivo. Ancelotti ha pasado de ser 'el Pacificador' a un técnico respetable en sus decisiones en solo dos jornadas de Liga. Si Diego López continúa de titular, en la quinta jornada puede aparecer la figura de Mourinho en el horizonte. Y eso que sus enemigos sacan cualquier detalle para despretigiarle; lejos de valorar un centro del campo creativo, con Modric e Isco en la base de operaciones, y Özil de enganche. El debate de la portería tampoco hubiese ocultado una crítica por la entrada de Nacho, Casemiro y Carvajal al terreno de juego para mantener el resultado. Manolo Lama hubiese montado en cólera si hace eso Mourinho, pero ahora es necesario cambiar el discurso. Y ojo, que los cambios de Ancelotti son coherentes y muy correctos, sobre todo en el caso de Casemiro por un Özil desdibujado o, en el plano más defensivo, la salida de Marcelo al tener amarilla. Pero algunos ya afilan el cuchillo esperando acontecimientos.

Las noticias son muy positivas para el Madrid debido a dos aspectos reseñables. El primero es que llevaba dos años seguidos sin conseguir una victoria en Granada. Con una proyección cercana a los 95 puntos es más coherente argumentar que en este tipo de campos, y más viendo resultados de antaño, se evitan perder Ligas. Como el Madrid bien sabe de experiencias recientes en Getafe, Sevilla y frente al propio Granada. Y el segundo es que el equipo gana sin la aportación goleadoar de Cristiano, ya que es noticia que se quede en blanco dos partidos seguidos. El conjunto realizó una primera media hora de notable alto. Los cambios de orientación de Sergio Ramos propiciaron ventajas a Di María desde el costado derecho, donde tuvo la visión y el acierto que tanto echó en falta el Madrid la temporada pasada. El extremo argentino utilizó bien los espacios junto con Isco y Benzema de estiletes. En una jugada con esta premisa llegó el tanto del triunfo. Un centro en diagonal en Di María, con su típica abertura hacia dentro para golpear con la zurda, fue rematado por Benzema tras un discreto control de Cristiano. El portugués pudo sentenciar el partido pocos minutos después, cuando remató una buena internada de Arbeloa en su pie de apoyo debido a un más que férreo marcaje de Diakhate.

Di María fue la mejor noticia del conjunto blanco. Se desfogó en defensa hasta la extenuidad, con constantes coberturas a las subidas de Arbeloa, o para paliar el centro del campo tan creativo que dispuso Ancelotti, y el físico le duró hasta el minuto 60. A partir de entonces se situó en posiciones más interiores, por lo que el Madrid perdió verticalidad por ese costado. En el otro, Cristiano tuvo un nuevo día gris. El portugués fue muy bien defendido por Nyom, que siempre contaba con la ayuda de Iturra u otro defensor para frenar la diagonal interior y evitar su potente disparo. El Madrid aguantó las pocas embestidas del rival con un gran Sergio Ramos y un seguro Diego López en todas las jugadas por alto. Modric llevó bien el peso del encuentro, pero el equipo perdió fuelle al no sentenciar el partido debido a la carencia física de estos primeros compases de campeonato.

Granada 0-1 Real Madrid (Benzema)

Diego López (7); Arbeloa (7), Ramos (8), Pepe (6), Marcelo (5,5); Modric (8), Isco (6,5); Di María (8,5), Özil (5), Cristiano (6); Benzema (7) || Nacho (5), Casemiro (5), Carvajal (-).

Mejor jugador del partido: Di María.

19 de agosto de 2013

Primera prueba agridulce de Ancelotti

Isco celebra con Cristiano y Carvajal el tanto del triunfo.

Las expectativas eran muy altas. Tras los primeros envites de alcurnia en la pretemporada, con Chelsea e Inter de por medio, todo hacía presagiar una cómoda victoria en el estreno de Carlo Ancelotti como técnico blanco en partido oficial. Las sensaciones que ha dejado el Real Madrid son de un equipo aún por pulir, que tácticamente ha sido dominado por el Betis en varios tramos del primer tiempo, y que salva la jornada gracias a un cabezazo de Isco al final del encuentro. Aunque la noticia saltaba a eso de las 20:00, cuando se anunciaba que el portero titular era Diego López. Imagínense la reacción de aquellos que le han preguntado tres veces la misma pregunta a Ancelotti en rueda de prensa. Igual que los que ahora sí analizan la salidas por alto de los guardametas, cuando llevan diez años sin hacer una crítica meramente deportiva por diferentes fallos de base. La campaña negativa contra el portero gallego va a ser brutal haga lo que haga, pero a mí me parece una lucha deportiva en el que el único beneficiado es el Real Madrid. Pero hoy no es el día para este debate caduco: hoy es necesario hablar del Madrid de Luka Modric.

Isco salvó los muebles a última hora. Pero, dejando a un lado el tanto del reciente fichaje blanco, el jugador del partido vuelve a ser Modric. La pausa que genera el croata es más útil en la base de la jugada, con muchas más facilidades para generar juego y no ser tan vertical en zonas más cercanas al área rival. Dio un recital de juego, controles y desplazamientos en corto y largo. Sin embargo, el Madrid tenía un gran problema en las transiciones defensivas cuando no terminaba la jugada y concurría en pérdida de balón. La fuerza de Nosa y un sorprendente Cedrick creaba muchos problemas a Luka y a Khedira, que apenas contaban con la ayuda de Isco y Özil en labores de desgaste. Ese quizá sea uno de los pocos puntos a favor de Di María, que hoy volvió a partir desde el banquillo. La transición defensiva y, sorprendentemente, el nivel físico fueron dos problemas evidentes del conjunto blanco. El equipo se partía con facilidad, dejando muchos espacios entre líneas, que el Betis aprovechó para adelantarse en el marcador con una jugada fulgurante de Cedrick sobre Sergio Ramos. Jorge Molina remató sin oposición la asistencia del jugador verdiblanco. Tocaba remar.

Coentrao y Arbeloa, criticados por su escasa aportación ofensiva, son un claro ejemplo de por qué son indiscutibles con la mayoría de entrenadores. Las espaldas de Marcelo y Carvajal, puñales ofensivos cerca del área, eran continuamente atacadas por Cedrick y Juanfran. A varios jugadores no se les vieron generosos en un esfuerzo que sí vimos ante -por ejemplo- el Chelsea. Y este sí era un partido importante para reivindicarse o para mandarle un mensaje a Messi y al Barça. Cansancio por los viajes, el calor infernal que hacía o en Madrid... A saber. Pero en esa faceta ni siquiera vimos a Sergio Ramos, que había realizado una pretemporada a un nivel espectacular. Rarísimo. Tampoco fue el partido ideal de un Benzema que inició la remontada, pero que se marchó del campo con una pitada injusta y preocupante. Zidane tiene trabajo con el delantero galo.

Isco se unió a Modric en el recital técnico con jugadas de clase, para terminar su buen partido con un gol que sabe a oro. Recordaba en Twitter que la aparición de Isco me recordaba mucho a Sneijder en aquel derbi frente al Atleti el primer año de Schuster. Partido idéntico, con el mismo resultado, que se decidía con un gol al final. Son dos jugadores muy parecidos. Mientras tanto,  esta Liga tiene visos de ser una lucha encarnizada como en su día era la Liga Asobal entre el Barcelona y el mítico Ciudad Real: cualquier tropiezo te penalizaba con medio campeonato. El Madrid gana pero aún no convence. Es pronto, muy pronto. Hay que encajar muchas piezas para que el puzzle de Ancelotti reluzca.

Real Madrid 2-1 Betis (Benzema e Isco/ Jorge Molina)

Diego López (7); Carvajal (5), Pepe (6), Sergio Ramos (5), Marcelo (6,5); Modric (8), Khedira (5); Özil (6), Isco (8,5), Cristiano Ronaldo (5); Benzema (5,5) || Casemiro (5), Di María (5), Morata (-).

Mejor jugador del partido: Isco.