Benzema celebra con CR7 el gol del triunfo, ayer, ante el Granada.
Dos de dos. El Madrid de Ancelotti suma, como Benzema, a falta de la llegada de Gareth Bale y el asentamiento de los jugadores al nuevo sistema de juego del técnico italiano. Sin embargo, Diego López y Casillas nublan cualquier tertulia futbolística para discernir sobre los cambios respecto al anterior proyecto deportivo. Ancelotti ha pasado de ser 'el Pacificador' a un técnico respetable en sus decisiones en solo dos jornadas de Liga. Si Diego López continúa de titular, en la quinta jornada puede aparecer la figura de Mourinho en el horizonte. Y eso que sus enemigos sacan cualquier detalle para despretigiarle; lejos de valorar un centro del campo creativo, con Modric e Isco en la base de operaciones, y Özil de enganche. El debate de la portería tampoco hubiese ocultado una crítica por la entrada de Nacho, Casemiro y Carvajal al terreno de juego para mantener el resultado. Manolo Lama hubiese montado en cólera si hace eso Mourinho, pero ahora es necesario cambiar el discurso. Y ojo, que los cambios de Ancelotti son coherentes y muy correctos, sobre todo en el caso de Casemiro por un Özil desdibujado o, en el plano más defensivo, la salida de Marcelo al tener amarilla. Pero algunos ya afilan el cuchillo esperando acontecimientos.
Las noticias son muy positivas para el Madrid debido a dos aspectos reseñables. El primero es que llevaba dos años seguidos sin conseguir una victoria en Granada. Con una proyección cercana a los 95 puntos es más coherente argumentar que en este tipo de campos, y más viendo resultados de antaño, se evitan perder Ligas. Como el Madrid bien sabe de experiencias recientes en Getafe, Sevilla y frente al propio Granada. Y el segundo es que el equipo gana sin la aportación goleadoar de Cristiano, ya que es noticia que se quede en blanco dos partidos seguidos. El conjunto realizó una primera media hora de notable alto. Los cambios de orientación de Sergio Ramos propiciaron ventajas a Di María desde el costado derecho, donde tuvo la visión y el acierto que tanto echó en falta el Madrid la temporada pasada. El extremo argentino utilizó bien los espacios junto con Isco y Benzema de estiletes. En una jugada con esta premisa llegó el tanto del triunfo. Un centro en diagonal en Di María, con su típica abertura hacia dentro para golpear con la zurda, fue rematado por Benzema tras un discreto control de Cristiano. El portugués pudo sentenciar el partido pocos minutos después, cuando remató una buena internada de Arbeloa en su pie de apoyo debido a un más que férreo marcaje de Diakhate.
Di María fue la mejor noticia del conjunto blanco. Se desfogó en defensa hasta la extenuidad, con constantes coberturas a las subidas de Arbeloa, o para paliar el centro del campo tan creativo que dispuso Ancelotti, y el físico le duró hasta el minuto 60. A partir de entonces se situó en posiciones más interiores, por lo que el Madrid perdió verticalidad por ese costado. En el otro, Cristiano tuvo un nuevo día gris. El portugués fue muy bien defendido por Nyom, que siempre contaba con la ayuda de Iturra u otro defensor para frenar la diagonal interior y evitar su potente disparo. El Madrid aguantó las pocas embestidas del rival con un gran Sergio Ramos y un seguro Diego López en todas las jugadas por alto. Modric llevó bien el peso del encuentro, pero el equipo perdió fuelle al no sentenciar el partido debido a la carencia física de estos primeros compases de campeonato.
Granada 0-1 Real Madrid (Benzema)
Diego López (7); Arbeloa (7), Ramos (8), Pepe (6), Marcelo (5,5); Modric (8), Isco (6,5); Di María (8,5), Özil (5), Cristiano (6); Benzema (7) || Nacho (5), Casemiro (5), Carvajal (-).
Mejor jugador del partido: Di María.
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