Luka Modric estuvo a un nivel excelso en el encuentro de esta mañana en el Santiago Bernabéu.
Tres de tres. El Madrid de Carlo Ancelotti, inmerso en una semana agotadora por el continuo debate sobre Iker Casillas y la oficialidad del fichaje de Bale, ha dado esta mañana su mejor versión en lo que llevamos de campeonato doméstico. Tras el desorden táctico acontecido ante el Betis, con dos laterales tan ofensivos como Carvajal y Marcelo, más el añadido de la débil presión de Özil, el técnico italiano ha apostado por el trabajo y la solvencia. Álvaro Arbeloa y Di María son dos claros ejemplos de eficiencia en la transición defensiva del conjunto blanco. Ancelotti adelantó a Isco y, a diferencia de Granada, Khedira acompañó a Modric en el centro del campo. Aunque hoy era prácticamente irrelevante el compañero del croata, ya que él se bastó solo para dirigir, cortar y desplegar toda su fantasía para deleite de todo el público presente en el Bernabéu, que le dedicaba una sonora ovación cada vez que tocaba el esférico. Como apuntábamos el día del Betis, lo importante de este inicio de temporada es que estamos ante el Madrid de Luka Modric.
Disfruto con los partido a las 12:00. Quizá sea que la luz solar nos evoca al fútbol de hace diez años, cuando aún se podía ver un partido del Madrid a las 16:00 o 17:00 de la tarde, o a algo parecido a ese espectáculo de competición llamada Premier League. No lo sé. También es cierto que cada encuentro disputado en este horario termina con una exhibición del conjunto blanco, como el curso pasado ante Osasuna y Sevilla (7-1 y 3-0 respectivamente). Hoy llegaba a Madrid un Athletic liberado de la influencia de Bielsa, que puso en aprietos a los blancos hasta el escanso. Al Madrid le costó arrancar con desmarques frustrados y controles que se perdían entre las piernas de un Cristiano desubicado en posiciones centrales al ataque. Para sorpresa de todos, la banda derecha hoy fue más incisiva que la izquierda durante los primeros 45 minutos. Y eso es noticia. Benzema y Arbeloa, que desdobló a Di María en varias ocasiones, crearon peligro desde ese costado con paredes precisas. El extremo argentino cambiaba el guión con su conocido recorte y centro a pierna cambiada, que, debido al gran estado de forma en el que se encuentra, es más imprevisible para la defensa rival.
Benzema no corre ni presiona; crea fútbol. Una habilidad que el público infravalora si la primera premisa desaparece. Por eso Raúl González en su día era el más aplaudido: las carreras demagógicas por luchar un balón imposible te arreglaban partidos nefastos de cara al Bernabéu. Pero hoy no era el caso del argentino, que completó un gran encuentro. Hablábamos de Benzema. El francés filtró un pase imposible cuando a todos se le apagan las luces para que Isco, con toda la tranquilidad del mundo, batiese al guardameta sin oposición. No presiona y tiene sangre fría, sí, pero Karim vuelve a ser clave para abrir el marcador. Y vuelvo a recalcar lo del delantero por los injustos pitos que hoy volvió a sufrir. Aunque, para mi sorpresa, el que ha estado muy inteligente de cara al público ha sido Carlo. Y más con el asunto de la portería por el medio. Muy bien visto. El Madrid encarriló el partido al filo del descanso gracias a un cabezazo de Cristiano tras un falta lateral ejecutada por Di María. A partir de ese momento, el portugués se quitó la presión de encima por la ausencia del gol y jugó a un gran nivel el resto del encuentro.
'Inventa Lukita', tuiteaba siempre el malogrado Juanan, en una sentencia que quedará para la posteridad como el símbolo de los primeros fans del jugador croata. Esto es necesario recordarlo para aquellos que dudaban del buen hacer de Luka, con el fin de recalcar los tópicos piperos de 'como Modric hay diez en la cantera', 'Cazorla le da mil vueltas' y un largo etcétera. Aunque quizá la palma se la lleven los ávidos lectores de Marca. El recital del croata es para visionarlo desde el sofá una y otra vez. No es solo la facilidad para construir juego y dirigir al equipo, sino que es capaz de cubrir espacios y recuperar balones únicamente con un excepcional posicionamiento táctico.
Isco cerró el encuentro en una nueva asociación con Benzema. El malagueño dio también una exhibición de controles orientados para generar ventajas, además de su ya sabida capacidad para llegar desde la segunda línea y sorprender al rival. Tres de tres. A la espera de Bale y la reincoporación de Varane, este equipo cada día está mejor trabajado.
Diego López (6); Arbeloa (7,5), Pepe (7), Marcelo (6,5), Ramos (6,5); Modric (9,5), Khedira (5,5); Di María (8), Isco (9), Cristiano Ronaldo (8,5); Benzema (7) || Casemiro (5), Jesé (5), Carvajal (-).
Mejor jugador del partido: Luka Modric.
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