Asier Illarramendi,
ejemplo de jugador humilde y trabajador, ha sido un auténtico
referente en el primer equipo de la Real Sociedad y para los jóvenes aficionados
realistas. La lucha por conseguir su sueño y triunfar en el equipo de toda su
vida se hizo realidad y ahora le espera un gran futuro por delante que, sin
duda, va a aprovechar. Illaramendi está considerado como una de las joyas de la
cantera Txuri-Urdin y su posición habitual es la de mediocentro defensivo. Es
un jugador que destaca por ser un medio de contención, fuerte y seguro, por su
capacidad a la hora de distribuir en balón, de hacerlo circular de un lado a
otro y por su gran despliegue físico, que le permite recuperar una gran
cantidad de balones. Si a esto, unimos, la entrega y la lucha en cada partido,
hacen de Asier un jugador superlativo.
Illarramendi o
“Illarra”, como es conocido por sus compañeros en el vestuario, nació en
Mutriko (Guipúzcoa) un 8 de marzo de 1990. Allí, en el equipo de su pueblo,
comenzó a dar sus primeras patadas al balón y a destacar como futbolista. Su
futuro era tan prometedor que con 14 años y siendo cadete, la Real Sociedad lo
fichó para sus categorías inferiores. De Zubieta ya no se movería hasta 2013. Illarra se
fue forjando en cada una de las categorías donde jugaba hasta que en el año
2007 debutó con el Sanse, segundo equipo de la Real Sociedad, en Tercera
división. Aportó poco. Jugó tan solo 7 partidos pero su colocación en el campo
y su saber estar le permitieron hacerse con el puesto de titular en la
temporada 2008/09 en la que jugó 31 partidos y anotó 2 goles. Lo mismo sucedió
la siguiente campaña. Illarramendi tuvo un gran protagonismo en la temporada
2009/10, en la que anotó también 2 goles y jugó 28 partidos.
Sus partidos con el
filial no pasaron inadvertidos en el primer equipo Txuri-Urdin y esa misma
temporada, Martín Lasarte le hizo debutar en Segunda división un 19 de junio de
2010 contra el Elche. Su debut fue algo amargo: la Real perdió 4-1, aunque al
final consiguió ascender a Primera división. En la máxima categoría del fútbol español, Illarra, alternaba el filial con el
primer equipo. La figura de Diego Rivas, jugador muy querido en la parroquia
realista, no le permitía brillar a Illarramendi tal y cómo lo hacía en el
filial.
La salida de Rivas y la llegada de
Philippe Montanier al conjunto vasco, tras el despido de Lasarte, le permitió
ganarse el puesto de titular en el primer equipo. Comenzó teniendo un notable
rendimiento, pero una lesión en la rodilla y una posterior operación del menisco
le tuvieron durante dos meses en el dique seco. Sin embargo, esto no ha
impedido que Illarra se haya ganado a la gente de Anoeta. Su sentimiento
Txuri-Urdin y su paso por Zubieta le hacen ser uno de los jugadores más
queridos. Muchos ya le veían como el gran referente del medio campo en una Real Sociedad con mucho futuro. Con jugadores
jóvenes, talentosos y de cantera ha destacado de forma exponencial en una Real de Montanier, que, de manera sorprendente, ha obtenido billete para la Liga de Campeones tras una temporada excepcional.
Su traspaso al Real Madrid supone el relevo generacional de otro jugador admirable, Xabi Alonso, del que tendrá mucho que aprender para triunfar en el club más exigente del planeta.
*Artículo publicado en el Nº4 de la Revista Kaiser.
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