Señorío y valores

La ley del silencio impuesta por el cuerpo técnico y los jugadores del Real Madrid sigue siendo noticia. Mientras que el Madrid se jugaba esta noche el pase a las semifinales de la Copa de Europa, José Mourinho y la institución han recibido duros ataques en forma de unos editoriales que dejan mucho que pensar: invitación a la violencia; el hipócrita y grosero Mourinho; críticas a José Ángel Sánchez, etc. Algunos se ahogan en su propio argumento de pedir a Mourinho que hable de fútbol cuando esa parte no se cumple desde el otro lado de la mesa. No dudo que haya seguidores acérrimos de Mourinho, que incluso utilizan el anonimato de twitter para insultar impunemente, pero no es de recibo que a los individuos - tanto periodistas como aficionados- que nos gusta el estilo Mou se nos califique de talibanes, yihadistas y abducidos. Incluso desde alguna tribuna se pide al aficionado blanco que pite a Mourinho. ¡Con seis puntos de ventaja en Liga al mejor Barcelona de la historia y con un pie en semifinales de Champions por segundo año consecutivo! El señorío y los valores existen en todas las casas, no sólo en la madridista, pero eso parece no importar mucho a los editores, que ven como sus cabeceras pierden lectores al mismo ritmo que el Madrid de Mourinho sigue creciendo futbolísticamente.

Sin más demora nos adentramos en un nuevo triunfo del Madrid en Europa. Con esta victoria se iguala el récord del Barcelona en victorias consecutivas fuera de casa, que deja a los de Mourinho camino de un previsible encuentro en semifinales ante el Bayern. La premisa del portugués es bien sencilla para los partidos de ida: no encajar un gol. Por eso volvió a alinear a Fabio Coentrao en detrimento de la anarquía defensiva del brasileño Marcelo.  La sorpresa, en cambio, fue la titularidad de Sahin. El turco tuvo una meritoria actuación para ser su primer envite de cierta relevancia desde que viste la camiseta blanca. Su presencia también se debe a la importancia del encuentro y la entidad del rival, porque la gran final de esta semana para Mourinho no es otra que la batalla de Pamplona.

Se puede afirmar que el Madrid hizo su mejor encuentro fuera del Bernabéu de este año. Posesión del 70%, oportunidades de gol y, lo más importante, ningún acercamiento del rival durante los 90 minutos. Sólo faltó el gol en una gran jugada que Benzema mandó al limbo inexplicablemente. Los partidarios de Gonzalo Higuaín recordaban irónicamente que ese fallo era mayor que el del argentino ante el Lyon. No tuvieron que esperar mucho para encontrar la respuesta. Benzema y la Copa de Europa es lo mismo que Tarantino al cine: una simbiosis necesaria y espectacular. Dos goles para certificar medio pase a semifinales en unos minutos prodigiosos de Kaká, asistencia y gol, y un vertiginoso Marcelo que recuerda cada semana que ofensivamente no hay mejor lateral izquierdo en el panorama futbolístico.

Poco más. La vuelta de Ángel Di María y el pico de forma físico en abril -propio de los equipos de Mourinho- nos permitirán saber las verdaderas aspiraciones de este Real Madrid. Las sensaciones son excepcionales. Este conjunto ha conseguido que el gran Barcelona de Guardiola no ceda un ápice de esfuerzo en cada competición; Pep sabe que si cometen medio error estará este Madrid, ávido de venganza y títulos, para derrotarle.

Apoel 0 - Real Madrid 3. Benzema (2) y Kaká.

Casillas (-), Arbeloa (2), Pepe (3), Ramos (2), Coentrao (2), Khedira (2), Sahin (2), Özil (2), Cristiano Ronaldo (2), Higuaín (1), Benzema (3), Kaká (3), Marcelo (3), Granero (-)

Mejor jugador del partido: Benzema

Tweet