Varias dudas en un estadio gélido

El Real Madrid se ha clasificado sin excesivos problemas para cuartos de final, tras derrotar con cierta comodidad por 4-1 al CSKA Moscú.  El resultado esconde muchas incógnitas en el juego del conjunto blanco de cara a compromisos de mayor entidad. Aunque es una gran noticia que la pareja Xabi - Khedira marche con rumbo fijo sin la figura de un tercer volante que aporte más equilibrio en el repliegue defensivo: Di María. Como no podía ser de otra forma, el foco de la noticia la puso José Mourinho con un gesto revelador: al terminar el encuentro se fue hacia al Fondo Sur para agradecer el apoyo incondicional de ese sector de la grada. El debate está abierto.

Lo único sorprendente del once, en mi opinión, fue la titularidad de Marcelo. Viéndolo con más perspectiva hay que pensar en la fragilidad del equipo ruso y la poca sintonía del público con Coentrao. Mourinho conoce las limitaciones defensivas del lateral brasileño, pero el rival de esta noche permitía esa licencia. Marcelo es la anarquía personalizada: juega sin reglas y no posee un patrón defensivo. Su suplencia en Rusia y frente al Barcelona no es ninguna casualidad. Y estamos hablando del mejor lateral izquierdo en labores ofensivas del planeta. El otro aspecto táctico destacable es la posición de Kaká y Özil. Cuando coinciden en el campo siempre pierde el alemán, mejora el brasileño y el equipo queda parcialmente compensado. Özil, a pesar de realizar alguna jugada de muchísima calidad, sufre muchísimo en esa zona derecha. No se pega totalmente a la banda, fundamental para abrir el campo y ganar espacios, y le cuesta volver en transiciones defensivas. Físicamente es superior a Kaká pero el equipo paga ese canon por la dura ausencia de Ángel Di María.

Los críticos de Sami Khedira no ganan para disgustos. El centrocampista alemán fue el protagonista del primer gol del encuentro: pase inverosímil desde la frontal del área, recibe el balón Kaká, y cede atrás para que Higuaín inaugure el marcador. Es el primer gol del argentino en una eliminatoria de Champions. Su primer partido de este nivel fue en febrero de 2007 ante el Bayern Munich.  A pesar del empuje inicial del Madrid el CSKA tuvo sus oportunidades en dos buenas jugadas con Doumbia como protagonista. La primera de ellas fue clave en el devenir de la eliminatoria. Salvo esos dos acercamientos no hubo más problemas para la zaga madridista, más preocupada por la primera parte deficiente de Cristiano y los continuos fueras de juego en los que incurría Gonzalo Higuaín.

Una de las cosas positivas del público del Bernabéu son la concesiones a Cristiano. Meses atrás se hubiera llevado pitos por perder un balón, realizar un disparo horrible o por no bajar a defender. Un jugador de su calidad necesita apoyo siempre. De ahí nace el segundo gol del partido: un remate desde treinta metros que inexplicablemente no bloca el portero ruso. Hay que tirar siempre, el premio llega en cualquier situación inesperada. Mejor eso que originar un contragolpe por una jugada sin definir. Aunque lo definir se le da mejor a un tal Karim Benzema. Ni treinta segundos llevaba en el campo cuando sentenciaba la eliminatoria. Debe jugar siempre, y más en Champions. Su rendimiento es fundamental en el futuro del Real Madrid en la competición europea.

El resto del encuentro nos dejó un golazo de Tosic, algún error de Iker y un nuevo tanto de Cristiano. Comentaba en twitter antes de acabar el encuentro, como si Mourinho me leyera el pensamiento, que la animación del partido hoy había sido muy floja, que el portugués hoy tendría razón en sus comentarios al respecto de este fenómeno. Un problema cultural que resumí en éste post. Pues dicho y hecho. Encaminaba escaleras arriba cuando veo a Mourinho marchar hacia el Fondo Sur con paso decidido. Se lo dije a mi hermano: "Lo ves, está enfadado con el ambiente. Se lo va agradecer a los ultras como crítica al resto de la afición" Mourinho estuvo muy correcto en sus declaraciones en rueda de prensa. No quiere confrontaciones con la afición, lo único que pretende es convertir el Bernabéu en ese estadio de las grandes noches europeas. ¿Lo conseguirá? Si el club reduce el precio de las entradas y crea un nuevo foco de animación, quizá mejore. Pero el problema que dice Mourinho, como si hubiese leído mi argumentación, es cultural.

Real Madrid 4 - CSKA Moscú 1. Cristiano Ronaldo (2), Higuaín y Benzema; Tosic.

Casillas (1), Arbeloa (1), Ramos (2), Pepe (2), Marcelo (1), Xabi Alonso (3), Khedira (3), Özil (2); Kaká (2), Cristiano Ronaldo (3), Higuaín (2), Benzema (2), Granero (1), Lass (-)

Mejor jugador del partido: Cristiano Ronaldo

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