28 de abril de 2013

Entrenamiento con público

Los jugadores blancos celebran junto a Di María, autor del libre directo, el primer gol del partido.

       Por las circunstancias que atañen el futuro del Real Madrid en Europa, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que ha sido el derbi más descafeinado de la última década. En todo: fútbol, intensidad y valor emocional del encuentro. El drama psicológico que vive la plantilla del Atlético de Madrid ha pasado a un nivel que ni el mismísimo Sigmund Freud podría dar una explicación convincente. Un Madrid plagado de suplentes, con la cabeza en el partido del martes, volvió a vencer en el Calderón. El conjunto de Simeone, muy decepcionante. El traspiés del Barcelona en San Mamés deja en evidencia a una plantilla que se fue del campeonato doméstico demasiado pronto.

       Las perspectivas de ver un encuentro con Pepe y Khedira al mando de las operaciones eran dramáticas. Dos jugadores del mismo patrón, con dificultad para crear juego, eran los encargados de liderar al equipo blanco en el Calderón. Con complementos como Xabi Alonso y Modric funcionan bien, como vimos al portugués a gran nivel frente al Barça. Pero la realidad que se encuentra cualquier colchonero es ésa: un Madrid sin Xabi Alonso ha tenido la misma posesión que nosotros en nuestro estadio (47-53). Los últimos minutos fueron de dominio infructuoso para los colchoneros, con ninguna llegada clara debido a la solvencia de Diego López en las jugadas por alto. Por si quedaban dudas, el Madrid llevará la iniciativa del juego en la final de la Copa del Rey. Y los espacios del Bernabéu aumentan considerablemente con la presencia de Cristiano Ronaldo.

         El encuentro fue tosco por ambas partes. Y eso que el inicio fue fulgurante en forma de goles. Una falta sin aparante peligro la despejó Diego López desafortunadamente, que dio lugar al tanto de Falcao a placer debido a la nula ayuda defensiva en la continuación de la jugadores. El Madrid no existía. Había dos líneas de juego con pases irrelevantes entre la defensa, con el agravante de la búsqueda en largo a un Morata sobreexcitado y desacertado al mismo tiempo. La fortuna se alió con los blancos en un libre directo que Juanfran, de manera fortuita, introduce en su propio marco. La maldición del Atlético de Madrid volvía a aparecer de la forma más inesperada. A pesar del pésimo inicio del Real Madrid, un remate de Benzema a bocajarro fue rechazado por Courtois en las postrimerías del primer tiempo.

           Del Atlético de Madrid es admirable el resultado tan óptimo que ha tenido con Mario Suárez y Gabi en la medular. El mérito es de Simeone, sin duda, que proyecta estos días una densidad capilar que ni en sus tiempos como futbolista. Y dejando a un lado la teatralidad de Diego Costa en cada acción cercana al área,  el partido quedó sentenciado con un pase interior del desaparecido Benzema aprovechado por Di María, que definió mejor que cualquier delantero del Madrid en los últimos meses. Remontada. Una lástima que el reportero del Plus no enfocase en ese momento a Casillas, motivo de reproche cada vez que vislumbran un posible fallo de Diego López. Se conformaron con tres repeticiones de una jugada sin incidencia en el área entre Falcao y Essien. Una despedida con cita en el Bernabéu en mayo, donde el próximo martes se buscará la hazaña de aquellas remontadas históricas.
          
Atlético de Madrid 1-2 Real Madrid (Falcao/Juanfran (p.p) y Di María)

Diego López (6); Essien (6), Carvalho (6), Albiol (6), Nacho (4); Pepe (4), Khedira (5); Di María (6,5), Kaká (4), Morata (5); Benzema (5) || Xabi Alonso (5), Varane (5), Modric (-)

Mejor jugador del partido: Di María

1 comentario:

  1. La única solución a la hecatombe que supondría la marcha de Mou es que Villar Mir anuncie su candidatura a la presidencia del Real Madrid. No solo eso. La salida de Mou es algo que hay que dirimir en unas elecciones. En caso de que Mir o su hijo no quieran presentarse por las razones que fueren (Mir ya sabe lo que es ganar unas elecciones pero el Sistema colocó a un chorizo en la poltrona, porque Capello hubiese venido hasta con el diablo, de hecho vino con él) tiene que haber alguien capaz de demostrar que quedan unos mínimos de decencia. Aunque sea una causa perdida como la de Ussía frente a Mendoza.

    Jamás soñó nadie con tener semejante baza electoral, Mou, planteando por añadidura el debate de fondo de si el Real Madrid quiere entrar por fin de una vez en la modernidad y dejar atrás el folclorismo de los pantojos. Al menos que no se diga que nadie planteó la cuestión. Fue Hughes el de ABC el que lo dijo, pones en un buscador "Real Madrid" y lo primero que sale es roncerdo.

    Se busca una verdad en el fútbol que ni tiene ni puede darte. El fútbol, más o menos, es algo así:

    -Portero de mierda, la próxima vez vas a dejar los dientes contra el poste.
    -Que te den, gilipollas.
    -No, que te den a ti, hijo de puta.
    -Eh, tú, 9, el de los dientes. Vamos a ver cuando acabe el partido lo valiente que eres. Al acabar voy a buscarte al vestuario y a ver lo macho que eres.

    No hay mucho más. A todo esto el árbitro calladito por si las moscas mirando de reojo dónde está el Patrol de la Guardia Civil, no sea que no consiga pasar corriendo el puente sobre el río y llegar a la carretera nacional que lleva a la Civilización. También vale un campo de tierra entre fábricas en la gran ciudad. Eso que escribieron los del Almanaque sobre las amenazas de muerte de un merchero, que podría ser un tratante de ganado o un marchante de comercio. Ese fútbol que han mamado un Cris, un Di María o un alemán desde niños, y otros, menos, con lo cual deberían salir fuera para doctorarse. El fútbol solo es un tostón que no hay quien se lo trague salvo un par de partidos emocionantes a final de temporada. Si no fuese por el Real Madrid no es que ni lo miraríamos, es que no sabríamos de su existencia. Habría que dar gracias todos los días por lo que el Real Madrid hizo de este invento salvaje de los guiris que consiste en darle patadas al otro.

    Un Real Madrid sin Mourinho es como echar un polvo sin piba. Hace falta más, en especial con el gran abismo que dejó Hierro tras su marcha mientras se piensa en los clásicos mantras sobre delanteros, carrileros y demás, pero las cosas empiezan por un Terry o un par de ellos, no por niñatos que si no hubiesen ganado algo con la selección su palmarés con el Madrí sería ridículo. De paso que hagan una competición tipo Copa Davis con calendario unificado y tienes que jugarte a doble partido el pase a la final a casa de un Brasil o de una Argentina teniendo que remontar. Nenes que se muerden la cremallera del chándal cuando llegan al Bernabéu para jugar unas semifinales mientras que Ribery se parte el culo de risa hablando con Benzema y casi se mete, cuánto le gustaría, en el vestuario nuestro.

    Que siga este circo histérico de la Décima ya que solo tenemos nueve porque si se fuese al formato de Superliga europea (la piperada lo intuye) con la estructura que se tiene del siglo XIV no nos comeríamos ni los mocos. Florentino es la Gloria Swanson de "Sunset Boulevard". Aunque en su momento impidiera que ahora mismo fuésemos el Valencia puede que incluso transmutando el once inicial.


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