Cristiano Ronaldo celebra uno de los tres goles que anotó en el Bernabéu ante la Real.
El guion de Ancelotti ha cambiado en las últimas semanas. Tras las dudas que generaba el 4-4-2, con Isco escorado a la izquierda y Cristiano más cerca del área, el técnico italiano decidió cambiar al sistema a un renovado 4-3-3 para ofrecer más soluciones al nulo ataque en estático que disponía el Madrid. Prueba de ello fue la impotencia de perder en casa ante un ordenado y laborioso Atlético de Madrid. Más adelante, Ancelotti hizo una prueba con Di María de interior ante el Rayo que fracasó en todos los sentidos. Khedira, jugador vilipendiado por la prensa de Madrid, es más importante de lo que parece. Pero el rigor táctico ha llegado con la vuelta de Xabi Alonso, un jugador imprescindible en los éxitos durante la etapa de José Mourinho. Curiosamente, el mejor acoplamiento de Alonso, Modric y Khedira ha llegado con el esquema del nuevo técnico tras los diferentes enfoques del portugués para situar al jugador croata en la mejor posición sobre el césped. La primera parte ante la Real Sociedad es un preludio sublime del once tipo que puede haber encontrado Ancelotti, a falta de la incorporación del siempre renqueante Marcelo por el intermitente Carvajal.
Los primeros cuarenta y minutos del encuentro ante la Real Sociedad -que no noventa- son una noticia incluso superior mentalmente a recortarle puntos a Barcelona o Atlético de Madrid esta jornada. Aunque el público quería más sangre se dejaron ir, ya que a estas alturas de curso es imprescindible guardar cualquier sprint. Lógico y entendible. El Madrid se movía al ritmo de los desplazamientos diagonales en largo de Xabi Alonso, cuya precisión elimina dos líneas de presión y permite al equipo correr y fulminar al rival. El contrapunto es Luka Modric. El croata, capaz de liberarse de la presión con un simple movimiento sin balón o amago, cambiaba el guion con constantes cambios de ritmo en la conducción y pases precisos con el exterior de su pie derecho. De ahí nacen los dos primeros goles. En el primero, dos pases precisos de Xabi y Benzema para guardar en vídeo. La definición de Cristiano, tras el magnífico pase del francés, no es para menos. El segundo nace de una recuperación de Modric. Benzema tampoco falla a pase de Ronaldo. Incluso Khedira se gustaba con numerosos desmarques de ruptura hasta que, en una combinación entre Carvajal y Bale, definió libre de marca dentro del área. Era un señor repaso.
El Bernabéu, con la presencia reducida del grupo Ultras Sur por motivos internos, no iba a perdonar la relajación a los suyos. Un público capaz de dirigir su ira sobre Diego López (objetivo clave de varios medios de comunicación) o Benzema, por fallar simplemente un pase. En cambio siempre es complaciente con Morata e Isco, que deben haber adquirido un estatus o renta desconocida para algunos en un par de encuentros. La exigencia universal del público del Bernabéu se camufla en complaciencia o partidismo según qué jugador falle o tenga un partido discreto. Sin embargo, hay un asunto sobre el que no existe debate alguno: el rendimiento de Cristiano Ronaldo. Su golazo de libre directo dio lugar a cánticos sobre su más que merecido Balón de Oro, en una temporada en la que sólo Ribery -favorito al premio- puede acercarse a su nivel individual en 2013. El comandante sigue liderando a las tropas de Ancelotti.
Real Madrid 5-1 Real Sociedad (Cristiano Ronaldo -3-, Benzema y Khedira; Griezmann)
Diego López (6); Carvajal (6), Varane (6,5), Pepe (5,5), Arbeloa (7); Xabi Alonso (8), Khedira (7,5), Modric (8,5); Bale (6), Benzema (8), Cristiano Ronaldo (9,5) || Illarra (5), Isco (-), Morata (-).
Mejor jugador del partido: Cristiano Ronaldo.
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